Como si fueran necesarias más pruebas de que no es necesario vestir grandes marcas para llamar la atención, les presentamos la idea de Kara Koskowich, una joven canadiense que diseñó y confeccionó su vestido de graduación con tareas viejas.
Después finalizar los estudios, la mayoría de los estudiantes no quiere ni ver de cerca sus carpetas, cuadernos y libros. No es el caso de Kara, la muchacha de 17 años que pensó que una manera original de vestirse sería utilizando las tareas de matemáticas que tanto le costaron durante el año. Fue así que suspendió la salida al shopping a comprar un costoso vestido para el baile de graduación y diseñar un atuendo con las decenas de hojas usadas.
"Elegí las de matemáticas porque son las más difíciles de comprender e interpretar", contó Koskowich. "No me hubiera gustado que mis compañeros se pasen la noche intentando leer pedacitos de historia o literatura en mi vestido".
Kara trabajó en la confección casi todo el último semestre escolar y le llevó exactamente 75 hojas que se complementaron con un cinturón de colores de hojitas de "post-its".